sábado, 31 de enero de 2009

El enviado de Obama se topa con la realidad en Palestina


Mitchell, de viaje por la región, no oculta su pesimismo y anticipa "reveses"

El enviado especial del presidente Obama para el conflicto entre Israel y Palestina, George Mitchell, apenas ha necesitado pasar unas horas en Jerusalén para concluir que su misión ya se ha topado con importantes obstáculos que oscurecen el futuro de la región.

Una entrevista celebrada ayer con el líder del Likud, Benjamin Netanyahu, a quien los sondeos atribuyen la victoria en las elecciones del 10 de febrero, le puso sobre aviso. Al término del encuentro, Mitchell prefirió recurrir a expresiones vagas y, sin ocultar su pesimismo, dijo que por delante le esperan "reveses".

El enviado de la Casa Blanca añadió que lo más urgente es resolver el problema humanitario en Gaza y luego "seguir adelante". Pero el primer ministro Ehud Olmert ya le indicó el jueves que los pasos de en la Franja estarán cerrados hasta que Hamás no libere al soldado Guilad Shalit capturado hace dos años y medio.

El mismo jueves Netanyahu dejó clara su posición sobre el conflicto al manifestar que si gana los comicios no desalojará ninguna de las colonias judías que hay en los territorios ocupados ni abandonará Cisjordania.

Netanyahu respondía así a una información publicada por el diario Yediot Ahronot, según la cual Olmert habría acordado con el presidente Mahmud Abbás que Israel evacuaría 70.000 colonos de los 280.000 que viven en Cisjordania y entregaría a los palestinos los barrios árabes de Jerusalén.

El diario de Tel Aviv agregó que Israel daría a los palestinos una zona del desierto situada al sur de Cisjordania a cambio de quedarse con un número elevado pero indeterminado de colonias judías y que ningún refugiado palestino expulsado en 1948 volverá a vivir a Israel.

Favorito en los sondeos

"No mantendré los compromisos de retirada de Olmert y no evacuaré ningún asentamiento. Esos compromisos no tienen validez y carecen de importancia", manifestó Netanyahu con absoluta rotundidad.

Si las proyecciones de las encuestas son ciertas, el candidato derechista podrá formar gobierno puesto que los partidos que le apoyan y los religiosos obtendrán una holgada mayoría. Sin embargo, no hay que descartar que el Likud opte por crear una amplia coalición que le sirva de escudo para defenderse de la administración de Obama.

Aunque el presidente de EEUU ha repetido que una de sus prioridades será resolver el conflicto de Oriente Medio, los dirigentes hebreos no parecen estar muy dispuestos a atender las demandas de Obama. Hay quien ya adelanta que en los próximos meses surgirán roces entre ambos gobiernos.