viernes, 5 de diciembre de 2008

Tensiones entre las facciones palestinas y entre los terroristas y Egipto



2008-12-05 09:27:00

La facciones palestinas en Gaza no tienen ninguna intención de renovar la tregua que expira dentro de 2 semanas. Fawzi Barhoum, un portavoz de Hamas, dijo al diario Al Ayyam que "los datos en el terreno no provocan", que las organizaciones terroristas, "amplien la tregua. La decisión se tomará tras una serie de consultas en esta materia".

Una declaración de que no ha impedido que un miembro del Fatah llame al presidente palestino, Mahmoud Abbas, a reconciliarse con el Hamas. "Como presidente de todos los palestinos, Abbas debe preparar un plan amplio para poner fin al cisma con el Hamas y hablar directamente con el jefe de la oficina política del Hamas, Jaled Mashaal", ha estimado el miembro del Fatah Mohammed al-Hurran.

Mientras tanto, fuentes cercanas al Hamas dijeron al diario Al Quds al-Arabi que la organización terrorista presentará a Dwiek Abdel Aziz, presidente de los palestinos encarcelados en Israel, como "su" candidato presidencial para las elecciones de 2009.

Por otro lado, Hamas sigue recibiendo criticas y denuncias por parte de Egipto. El diario local Al Ahram parece no haber apreciado el comportamiento de la organización terrorista contra los peregrinos a la Meca. El diario, bajo la supervisión del gobierno, acusa al Hamas de haberse comportado "peor que el ocupante" mientras critica fuertemente a la organización terrorista por haber cerrado el cruce fronterizo de Rafah para el paso de los habitantes de Gaza que querían peregrinos a La Meca.

Hamas ha exigido una disculpa, argumentando que el periódico se ha convertido en el "portavoz de los sionistas''.

Egipto: No vamos a tolerar un emirato islámico en Gaza

Parlamentario egipcio atacó públicamente al grupo palestino

Mustafa al Faki, presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento egipcio, ha anunciado que su país no tolerará un "emirato islámico" en la Franja de Gaza.
Según un reporte del periódico árabe Al Hayat, que se publica en Londres, hablando en una Conferencia en El Cairo, al Faki culpó al movimiento fundamentalista islámico Hamas por el fracaso de las conversaciones intra-palestinas.
Al Faki también rechazó las afirmaciones de Hamás que sostiene que Egipto es responsable de la clausura del paso fronterizo de Rafiah.
"El golpe de Estado de Hamás es lo que causó el problema del cruce de Rafiah. Empujar el pueblo hacia el cruce sólo sirve a Israel", dijo, al mismo tiempo que subrayó que su país "nunca abandonará la cuestión palestina".
Durante la conferencia, el embajador de la Autoridad Palestina en El Cairo Nabil Amro aseguró que Egipto reanudará pronto su convocatoria a un diálogo entre Hamás y Fatah.
Las conversaciones de reconciliación entre las partes se aplazaron a raíz de los obstáculos impuestos por Hamás. Según el embajador, Nabil Amro, un acuerdo entre las facciones rivales es la manera de salir de la crisis política en la Autoridad Palestina.

El desalojo de un bloque de colonos desata una batalla campal en Hebrón

Los extremistas judíos extendieron los disturbios por Jerusalén Este y buena parte de Cisjordania y causaron decenas de heridos
El desalojo de un bloque de colonos desata una batalla campal en Hebrón
Agentes de la Policía de Fronteras arrastran a jóvenes colonos durante el desalojo del inmueble, ocupado desde la primavera de 2007 / AP
«El Gobierno acaba de echar una cerilla sobre una montaña de pólvora». Apocalíptico, enfurecido, el líder del movimiento colono del barrio hebronita de Yesha, Danny Dayan, proclamaba ayer amenazas y juramentos de resistencia mientras, a su alrededor, un imponente despliegue militar y de la violenta Policía de Frontera israelí trataba de contener porra en mano a una multitud de jóvenes judíos, rabiosos de impotencia.
Los gases lacrimógenos y el continuo bramar de las bombas de estruendo convertían en el escenario del fin del mundo el entorno de la llamada «Casa de la Paz», un edificio de cuatro plantas y 4.000 metros cuadrados ocupado desde 2007 por doce familias de colonos que, ayer, eran desalojados por la fuerza en cumplimiento de la disposición emitida por el Tribunal Supremo de Israel el pasado 16 de noviembre. De acuerdo con la sentencia, el contrato en función del cual todos habían entrado a vivir en el inmueble tras haberlo comprado a un palestino por un millón de shekels (200.000 euros) es falso, por lo que se ordenaba su urgente desahucio.
Una bomba de relojería
En un enclave como Hebrón, ciudad cisjordana en la que la tensión entre sus 170.000 vecinos palestinos y la enorme población colona se mastica en el ambiente, el fallo judicial era sólo una bomba de relojería. Y su explosión, cuestión de tiempo. «Habrá un combate como nunca se ha visto», advirtió en su momento el rabino Uzi Sharbaf, vecino del primer piso del disputado bloque y baluarte de una comunidad judía que prefiere morir antes de renunciar a Hebrón. Es la tierra donde descansa el Patriarca Abraham, que los colonos intentan ocupar centímetro a centímetro para arrebatársela a los palestinos, o a la Ley israelí si hace falta, movidos siempre por sus convicciones mesiánicas.
Desde que se dictara la sentencia el inmueble pasó a ser una fortaleza, donde sus habitantes aseguraban haber almacenado un arsenal digno de una guerra, y hordas de jóvenes llegados de todos los rincones de Israel pasaban la noche como refuerzo. Se barruntaba una batalla cruenta. Aunque el factor sorpresa y los 600 antidisturbios concentrados en Hebrón consiguieron que la evacuación, a empujones y a palos, de los 250 atrincherados en el bloque acabara en un rato.
Veinte minutos de ferocidad, dentelladas, patadas en las puertas, pedradas, huevos y cubos de productos abrasivos lanzados desde las ventanas, como no se veía en Cisjordania desde que en 2005 fuese evacuado el asentamiento de Amona.
Se registraron 25 heridos y 10 detenciones. Pero sólo fue el principio de la algarada. Aquí y allá, por los barrios palestinos de Hebrón, los colonos desencadenaron después una ola incontrolada de vandalismo y terror, que al cierre de esta edición dejaba ya 17 palestinos heridos -cinco de ellos de bala-, nueve coches incendiados y numerosos focos de fuego por toda la ciudad. La noche hebronita tuvo olor a infierno.
Ehud Barak, blanco de la ira
«Los ciudadanos de Israel tienen que aceptar la autoridad del Estado, no vamos a permitir elementos extremistas que minen su autoridad y sus fundamentos», justificaba firme ayer desde su despacho el ministro de Defensa, Ehud Barak, mientras la batalla campal se reproducía en lugares como Jericó o Jerusalén Este, donde grupos de colonos enfurecidos provocaron y atacaron a palestinos, arrebatados por la ira de Hebrón.
Contra Barak, como responsable de la orden de desalojo, se dirigían ayer los odios. «Ha mandado hacerlo hoy porque su Partido Laborista celebraba esta tarde primarias, porque pertenece a un Gobierno corrupto y asesino que está acabado, y porque Barak necesitaba precisamente hoy hacerse el fuerte, llegar a su reunión diciendo que el sí puede con los colonos», clamaba Yaacov, de 60 años, flanqueado por jóvenes con las frentes manchadas de sangre tras las cargas policiales. Asentían satisfechos al escuchar a su improvisado portavoz asegurar que «si Hitler no pudo con nosotros, sobreviviremos a este Gobierno».
«El pueblo judío sólo tiene un Estado, éste; los árabes tienen 22», recitaba Liti Saad, llegada hace 30 años de Argentina «siguiendo el recado divino de poblar todo Israel». «Escucha -añadía enfática-, quieren deslegitimar como gente idealista a nuestra juventud, y quiero decir que todos esos países que apoyan la creación de un Estado palestino en nuestra tierra de Israel tienen que saber que será una sucursal de Bin Laden, y que luego Bin Laden llevará a sus ciudades el mismo terror que hemos visto en Madrid o en Bombay».

jueves, 4 de diciembre de 2008

Hamás anuncia que no renovará la tregua en la Franja de Gaza

El cese del fuego expira en dos semanas

El movimiento fundamentalista islámico Hamás anunció, tras consultar al resto de las facciones palestinas, que no renovará la tregua en Gaza el próximo día 19 si Israel mantiene el bloqueo a la Franja y las operaciones militares.
El alto el fuego entre Israel y Hamás expira dentro de quince días, y fue alcanzado con mediación egipcia el pasado junio durante seis meses.
"Hamás y las facciones palestinas llevaron a cabo consultas internas para tomar una decisión sobre la tregua con la ocupación sionista", explicó Jalil al-Haya, uno de los principales dirigentes de la organización terrorista Hamás en Gaza.
En los encuentros acordaron que el cese de hostilidades "no será prorrogado bajo las agresiones y el cerco a nuestro pueblo en la Franja de Gaza y Cisjordania" agregó.
En la ronda de consultas, la Jihad Islámica -una pequeña facción radical- y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) sostienen que Israel es el único beneficiado por el alto el fuego.
"No consideramos la tregua con la ocupación una decisión que haya que repetir", señaló el FPLP.
Yamil Yusef, líder de la Jihad Islámica, acusó a Israel de querer "el fin de la resistencia a cambio de unas cuantas remesas de alimentos", en alusión al alivio del bloqueo a Gaza que permitieron las autoridades israelíes en contrapartidas por el fin del lanzamiento de cohetes.
El bloqueo egipcio-israelí comenzó cuando el grupo terrorista Hamás se apoderó del control de la Franja mediante un sangriento golpe de Estado, desplazando a las fuerzas del Presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abás, el 7 de junio de 2007, y se institucionalizó con el secuestro del soldado Guilad Shalit, el 25 de junio del 2006, en una incursión de tres grupos terroristas palestinos dentro del territorio de Israel.
Los grupos armados palestinos violan a diariamente la tregua. Hace justo un mes que Tzáhal tuvo que internarse a pocos cientos de metros en la Franja de Gaza, y eliminar a seis terroristas, para destruir un túnel subterráneo excavado para secuestrar a otro soldado.
Desde entonces, diecinueve palestinos fueron ultimados en operaciones militares de contraataque por Tzáhal.
Al menos dos centenares de cohetes y cientos de proyectiles de morteros han sido disparados desde la Franja contra las localidades vecinas a la Franja de Gaza en ese periodo. Los terroristas palestinos suelen disparar sus proyectiles al comienzo y al final del horario de las escuelas y los jardines de infante para aterrorizar a los civiles. Fuentes propias y EFE

domingo, 30 de noviembre de 2008

Bush a Olmert: ¿Por qué quiere entregar el Golán a cambio de nada?


Siria en la intersección del eje pragmático y el eje extremista

El Presidente de los EE.UU., George Bush cree que Israel ofrece a Siria las Alturas del Golán, sin obtener nada a cambio, según informaron fuentes de la Casa Blanca durante su reunión con el Primer Ministro Ehud Olmert, la semana pasada, señala un reporte del diario Haaretz.
Según el informe del matutino, Ehud Olmert actualizó al mandatario estadounidense sobre las conversaciones indirectas que Israel mantiene con el Presidente sirio Bashar Asad; tras lo cual Bush le preguntó, "¿Por qué quiere dar a Asad el Golán a cambio de nada?" dijeron las fuentes.
"No es por nada", insistió Olmert. "Es a cambio de un cambio de alineación estratégica en la región". Bush persistió: "¿Por qué usted le cree?" A lo que, Olmert no respondió, dice el artículo publicado por Haaretz.
La administración Bush siempre ha tenido reservas acerca de las conversaciones de Israel con Siria y se niega a desempeñar algún papel activo en ellos. Enfurecido por el papel negativo de Siria en la lucha antiterrorista norteamericana en Iraq, y en el debilitamiento de la frágil democracia del Líbano, Bush ha preferido invertir su capital diplomático en conversaciones israelí-palestinas, mientras ha evitando los contactos con los sirios.
De acuerdo con el informe de Haaretz, Olmert trató de explicar la importancia estratégica que Israel atribuye a las conversaciones con Siria, describiendo al Oriente Medio como definido por dos ejes: un "eje horizontal" extremista que va de Irán a través de Siria a Hezbollah y Hamás, y un enfoque pragmático "eje vertical" que parte desde Turquía a través de Siria a Israel, Jordania y Egipto. Olmert sostuvo que Siria, se encuentra en la intersección de estos dos ejes. Así, en caso de que cambie su lealtad al "eje vertical", esto debilitaría significativamente a los extremistas y fortalecería a los pragmáticos.
Olmert, dice el reporte del rotativo, también cree que Bashar Asad se ha acercado a demasiado a Irán. Mucho más de lo que su padre Hafez pudo haberlo hecho. Damasco está bloqueado -según el Primer Ministro- por el "abrazo del oso" iraní que amenaza la existencia misma de su régimen secular. Ello, junto al pobre desempeño de su economía, crea una oportunidad para mover a Asad al campo moderado, sostuvo el premier.
El Presidente electo de EE.UU. Barack Obama favorece el diálogo con Siria, y presumiblemente acordará en tomar un papel más activo en las conversaciones sirio-israelí. Aaron Miller, un veterano del equipo de paz del ex presidente Bill Clinton, publicó un artículo en The Washington Post en el que instó a Obama a adoptar un a estrategia "Siria primero", señala el reporte de Haaretz.

El Gobierno israelí aprueba la liberación de 250 presos palestinos

Esta liberación afectará exclusivamente a simpatizantes de Al Fatah

Jerusalén. (EFE).- El Gobierno israelí ha aprobado la liberación de 250 presos palestinos que el primer ministro, Ehud Olmert, había prometido recientemente al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.

Esta liberación afectará exclusivamente a simpatizantes de Al Fatah (movimiento nacionalista), según la oficina del primer ministro.

Cinco ministros se opusieron a la decisión, que fue adoptada esta mañana en la reunión semanal del gabinete gubernamental israelí.

El titular de Industria y Comercio, Eli Yishai, líder del partido religioso sefardí Shas, votó en contra por considerar que "aleja la liberación de Guilad Shalit", el soldado israelí cautivo de tres milicias palestinas desde hace dos años y medio, por cuya liberación el movimiento islamista Hamás exige un canje de presos.

La excarcelación tendrá lugar en torno al día 8 de diciembre, con motivo de la festividad islámica de Aid al Adha, en la que los musulmanes degüellan un cordero en recuerdo del sacrificio bíblico de Abraham.

Las autoridades israelíes suelen escoger esa fecha para liberar presos palestinos cuando quieren tener un gesto de buena voluntad con la ANP, su interlocutora en el diálogo de paz.

La medida busca fortalecer la autoridad de Abás, líder de Al Fatah, en el seno del movimiento palestino e impulsar la negociación que las partes mantienen desde la Conferencia de Annapolis (EEUU) de hace un año para la creación de un Estado palestino.

Israel ya excarceló el pasado agosto a otros 198 reclusos palestinos en un intento de impulsar el proceso de pacificación.

Los asuntos críticos están lejos de encontrar solución


Desde el 29 de noviembre de 1947 hasta la propuesta saudita

Autor: Lic. Samuel Leillen

La Guerra de 1948 dejó dos problemas críticos: el de los refugiados palestinos y su retorno al Estado de Israel y la definición ciudadana de los árabes del Estado de Israel. Ambos temas, hacen al carácter judío del Estado de Israel.

Hasta la Primera Guerra Mundial, Palestina era parte del Imperio Otomano y en 1917 el Reino Unido inició su Gobierno de la zona. Ese año se redactó la Declaración Balfour: ``El Gobierno de su Majestad reconoce la aspiración del establecimiento en Palestina de un hogar nacional para los judíos''.
En 1922, la Liga de las Naciones otorgó al Reino Unido el mandato sobre Palestina, que incorporó la Declaración Balfour. El 29/11/47 la Asamblea General adoptó la Resolución 181 que incluía cuatro partes: futura constitución y Gobierno de Palestina, fronteras; ciudad de Jerusalén y capitulaciones.
La Resolución aprobó la creación de dos Estados, uno árabe y otro judío, con Jerusalén bajo un régimen internacional administrado por las Naciones Unidas. El 14/5/48 es proclamado el Estado Judío y al mismo tiempo estalló la guerra.

La identidad palestina
Al finalizar el conflicto en 1949, la Franja de Gaza quedó bajo administración de Egipto y la zona de Judea y Samaria fue anexada al Reino de Jordania. Desaparece la temática del Estado árabe en Palestina anunciado por las Naciones Unidas. Al occidente del río Jordán se desarrolla un proceso de ``jordanización'', un intento de convertir a los habitantes del lugar en ciudadanos jordanos en el sentido más amplio y completo del concepto.
Ese esfuerzo, impulsado durante 19 años por las autoridades jordanas, se interrumpió con los resultados de la Guerra de 1967, punto crucial para la definición de la identidad palestina, pues después de ella Jordania perdió la Franja Occidental que quedó en manos de Israel, iniciándose una etapa de ``palestinización'' de la identidad de los habitantes de Judea, Samaria y Gaza.
A partir de 1967, los árabes de Israel y los de los territorios ocupados vivieron en un mismo espacio político consolidándose como pueblo definido y físicamente unificado, formulando la aspiración de un Estado propio.
Hasta 1964 la Carta de la Organización por la Liberación Palestina (OLP) declaraba que el objetivo era la destrucción de Israel, dado que el movimiento de liberación nacional judío es artificial, producto de las ambiciones colonialistas occidentales, carente de legitimidad histórica y política, y en su lugar debe haber un solo país, en el cual la demografía determine la democracia.
La lucha se conducía desde el exterior. En los años '60 hacían en la OLP analogía entre la lucha palestina y la lucha en Argelia: conflicto armado en contra de una potencia colonialista, y la transformación del país, después de la liberación, en un Estado islámico. Pero en la década de los '80, la OLP se convirtió en un movimiento laico y los judíos no reaccionaron en Palestina como los europeos en Argelia. Resistieron valientemente, tenían respaldo internacional y se basaban en una gran fuerza militar. El entender que no es este un conflicto entre ``colonizado'' contra ``colonizador'' llevó a reconocer que sólo un arreglo territorial podría conducir a alguna solución.
Al ser expulsados de Jordania en el ``septiembre negro'' de 1970 y del Líbano como consecuencia de la Guerra de 1982, se inicia un nuevo proceso en el cual el centro de acción palestino pasa a operar directamente desde los territorios ocupados por Israel, perdiendo fuerza los grupos combatientes residentes en el exterior. En 1987 estalla la primera intifada (del árabe: ``agitación; levantamiento'') que expresa la conformación, y en cierta manera el reconocimiento por parte de Israel de un Movimiento de Liberación ubicado dentro de Palestina y que no actúa según instrucciones recibidas del extranjero. Iaser Arafat dirige su actividad desde Ramala.

La idea del Estado binacional
Después de tantos años de violencia, la solución favorita tanto a nivel internacional como en la opinión pública de ambas partes, es poner en práctica la Resolución 181 y establecer un Estado árabe soberano e independiente junto al Estado de Israel: ``dos Estados para dos Pueblos''.
Pero en determinados momentos se planteó la solución de un sólo Estado binacional, idea que va tomando cuerpo nuevamente en círculos intelectuales palestinos importantes, incluso en Israel.
El final del apartheid en Sudáfrica en 1994 se había convertido en ejemplo ante los ojos de ciertos grupos palestinos como alternativa a la propuesta de dos Estados.
Se comenzó a presentar a Israel como país de discriminación y al sionismo como movimiento racista: ``El colonialismo judío sionista está comprometido con la idea de superioridad del hombre blanco de Europa con vestimenta judía. El sionismo se basa en racismo que se manifiesta en los textos escolares, en la forma como se describe a los árabes en los medios de comunicación, en las expresiones de los líderes políticos''.
La comparación con Sudáfrica apasionó a intelectuales internacionales y palestinos. Ibn Said, personalidad palestina cuyo prestigio se puede comparar con el de Arafat mismo, escribió ``The One State Solution'', donde propone la idea de un sólo país conformado por cantones, sin identificación nacional, donde podrían reubicarse los refugiados. Ibn Said no presentó su solución como una utopía, sino como camino inevitable.

Las pretensiones de los refugiados
Los Acuerdos de Oslo llevaron a los palestinos a suponer que el proceso llevaría a los israelíes a aceptar el retorno de gran parte de los refugiados a sus hogares dentro del Estado de Israel.
¿Cómo desarrollaron esta ilusión? Posiblemente expresiones de algunos sectores israelíes en este sentido los llevaron a considerar que sería factible quebrar la oposición israelí al retorno palestino. Un estudioso palestino indicó que el 78% de los judíos residen sobre el 14% del territorio, por lo cual el retorno de cinco millones de árabes es factible.
Al llegar a Camp David, se enfrentaron con la realidad que se habían equivocado.
Ehud Barak estaba dispuesto a una renuncia territorial a cambio de una renuncia total del tema del retorno y la responsabilidad de haber creado el problema de los refugiados. En esas circunstancias, Arafat no tuvo ni la intención ni el coraje de esquivar las aspiraciones originadas en el año 1948.

La propuesta saudita
En marzo del 2007, la cumbre árabe de Riad elevó a Israel una propuesta de paz y normalización de las relaciones diplomáticas, a cambio del retroceso israelí a las líneas del '67 y ``solución justa y acordada del tema de los refugiados según la Resolución 194 de la ONU'', con un apéndice: ``rechazando todo otro tipo de propuesta que dé solución a los refugiados''.
Difícil que Israel esté en condiciones de aceptar esta formulación, habiendo consenso en la opinión pública israelí que el tema de los refugiados debe ser resuelto por el nuevo Estado palestino a establecerse y por los países árabes, para proteger la estabilidad de Israel como Estado judío.
La elite intelectual de los árabes ciudadanos de Israel insiste nuevamente en un solo Estado en Palestina, laico, sin definición étnica, ``de todos sus ciudadanos'', en el cual quedaría anulada la Ley del Retorno israelí que asegura ciudadanía a los judíos, pero en la cual entrarían en vigor las posibilidades de retorno de los refugiados a sus poblados de origen.
Esto es, en lenguaje elegante, la negación de la existencia de un Estado judío.

Mensaje musulmán al lector israelí

El jueves pasado apareció en la prensa israelí un aviso publicitario a página entera, sometido por el Departamento de Negociación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP, Ashaf en hebreo) con el texto hebreo de la Declaración de Beirut 2002/3, bajo el título de ``Iniciativa de Paz Arabe''.
El aviso contiene las banderas israelí y palestina y lleva el subtítulo ``57 Estados árabes y musulmanes establecerán lazos diplomáticos y relaciones normales con Israel a cambio de un tratado de paz completo y terminación de la ocupación''. Firman el documento, junto con la OLP, el Consejo de la Liga de los Estados Arabes y la Organización de la Conferencia Islámica. Las banderas de los países firmantes adornan las márgenes del texto publicado.
Se trata sin duda alguna de un hecho inusitado en la larga historia del conflicto entre el Movimiento Sionista y el Estado de Israel, por un lado, y, por el otro, lo que se llama, en términos latos, el ``mundo arabe''.
No es que la Declaración de Beirut, también conocida como la ``Iniciativa Saudita'', sea algo nuevo, ni que no haya habido hasta el presente toda suerte de tratativas parecidas al documento. La novedad está en el llamamiento directo, en hebreo, a través de la prensa israelí, a la opinión pública de este país, suscrito por las dos constelaciones más representativas del Islam y de los Estados árabes.
Después de esta publicación los árabes podrán preguntar, polémicamente, qué sentido tiene sostener hoy que no están dispuestos a reconocer la existencia de Israel como Estado, tal como éste se define.
Por supuesto, no se puede descartar del todo el argumento de los que insisten en que los árabes todos de ninguna manera harán la paz con el Estado sionista y que esta publicación es pura propaganda y no trasunta un estado de ánimo o una disposición verdadera a convivir con Israel.
Pero la obstinación en negar seriedad al llamamiento de la Liga de los Estados Arabes y de la Conferencia Islámica hace recordar, en cierta forma, la advertencia contra el arribo del presidente Anuar Sadat al Aeropuerto Ben Gurión por temor a que del avión presidencial egipcio emerja una pandilla de terroristas armados que intenten liquidar de un solo golpe a toda la plana mayor israelí.
Es verdad que quienes sufren de paranoia a veces tienen razón, y son objeto de persecución. Pero en estos tiempos duros no está de más una cierta dosis de sentido común. Bien hace la actual conducción política de Israel en no desechar frontalmente la propuesta saudita.
El presidente Shimon Peres reflejó ese comportamiento en uno de sus discursos en Londres, cuando dijo que valora la Iniciativa de Arabia Saudita y que hay que estudiarla.
Es un hecho que no son pocos los israelíes para quienes algunos de los puntos de la propuesta son totalmente inaceptables, así como no son pocos los árabes para quienes, como lo declaró un vocero de la Jihad Islámica, ``la Iniciativa Saudita es `peor' que la Declaración Balfour''.
Si bien, como se indicó, la propuesta árabe no es nueva, su inserción masiva en la prensa israelí, en hebreo, en estos momentos, está indudablemente vinculada a las próximas elecciones israelíes.
Los árabes quieren influir sobre los israelíes y, obviamente, inducirlos a votar por los que adoptan una línea más aceptable para ellos. Esto es legítimo, aunque es difícil pensar que tal influencia sea de peso.
La opinión pública israelí estí polarizada, y los árabes lo saben tan bien como todo el mundo. Pero de todos modos es menester interpretar esta ofensiva publicitaria tomando de ella lo que parece positivo y constructivo.
El mero hecho de que el mundo árabe y musulmán organizado proclama su deseo de establecer lazos normales con Israel, seis décadas años despues de la proclamación del Estado, responde a esas características.
Es cierto que, como se dice, el diablo está en los detalles. Los detalles deberán ser discutidos a los niveles bilaterales, si bien será inevitable tomar en cuenta la existencia de un frente árabe-musulmán global.
También será inevitable, y según muchos altamente deseable, que la comunidad internacional desempeñe un papel mayor en todas las tratativas que pueda haber.
También el pueblo judío de la diáspora es un factor cuya voz debe ser escuchada, sin afectar la regla de que son los israelíes quienes en primer término deberán decidir qué es bueno para el país que deben seguir construyendo y defendiendo.
A muy grandes rasgos, y sin disecar la propuesta, los israelíes y los judíos seguramente coinciden con el propósito de ``asegurar las perspectivas de paz y poner fin al derramamiento de sangre'', así como de ``proporcionar a las generaciones futuras la seguridad, la estabilidad y el progreso''. Las divergencias pueden girar alrededor de cómo lograr ese propósito.
A menos de tres meses de las elecciones nacionales, el electorado israelí tendrá que votar por un Gobierno que sepa encarar con realismo y seriedad el desafío que plantea la propuesta que comentamos.
En un comentario anterior subrayamos la medida en que la posición frente a los problemas de paz y seguridad excede en importancia a cualquier consideración de política interna. No porque temas como la pobreza, la educación, la igualdad, los derechos individuales, el lugar de la religión y otros sean negligibles y puedan ser descuidados, sino porque cada momento histórico tiene sus prioridades.
Y hoy una prioridad absoluta, para Israel, para los judíos y en cierta medida para el mundo democrático, es la difícil, compleja, ineludible, estabilización de la posición de Israel en esta parte del mundo.