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Hace ocho años, la imagen del niño palestino que murió en Gaza en los brazos de su padre en medio de un tiroteo dio la vuelta al mundo | ||
La imagen del niño Mohamed Al-Durra, muriendo en los brazos de su padre en medio del fuego de la Intifada, recorrió todos los medios de comunicación hace exactamente ocho años, convirtiéndose en un símbolo de la lucha del débil pueblo palestino contra la potente armada israelí. Sin embargo, muchas voces advierten de que el instante captado por el camarógrafo Talal Abu Rahma en el cruce de Netzarim (Gaza) el 30 de septiembre de 2000, podría tratarse de un fraude. Un montaje confeccionado para embaucar a las masas y dirigir una mirada más favorable al sufrimiento de los palestinos. | ||
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![]() Fueron apenas unos segundos de angustia televisada que pronto se convirtieron en símbolo visual del conflicto palestino-israelí: el débil cae bajo las balas del fuerte ante la mirada impasible del mundo. El pequeño Mohamed es desde entonces mucho más que un mito: su imagen aparece en carteles, sellos y grafitis; y su nombre es cita obligada en cualquier soflama contra Israel. Para algunos, la historia del pequeño es, sin embargo, sinónimo de montaje, de coreografía orquestada con fines propagandísticos en la que nadie perdió la vida. "Es el mayor fraude mediático desde la creación de los medios de comunicación de masas", clama por teléfono desde París Philippe Karsenty, el consultor financiero francés que en mayo fue absuelto en apelación de una acusación de difamación. Karsenty forma, junto con el profesor de Historia Medieval de la Universidad de Boston Richard Landes, la punta de lanza de esta versión, según la cual ni Mohamed murió ese día ni su padre resultó gravemente herido. Sus principales argumentos son que la cinta "curiosamente" acabe justo después de los fatídicos segundos; la ausencia de sangre, pese a que supuestamente ambos recibieron más de diez balas; o el último movimiento de Mohamed, como si aún con vida mirase a la cámara. Imagen entre el fuego Las imágenes fueron tomadas por el camarógrafo palestino de France 2, Talal Abu Rahma, en el cruce de Netzarim (Gaza) el 30 de septiembre de 2000. Dos días antes, había estallado la segunda revuelta contra la ocupación, conocida como Intifada, tras la visita a la Explanada de las Mezquitas del entonces líder de la oposición, Ariel Sharon. Abu Rahma graba cómo decenas de jóvenes lanzan piedras contra un puesto militar israelí y hace algunas entrevistas, según muestran los 18 minutos de bruto visionados por Efe en la oficina de France 2 en Jerusalén. De repente, policías palestinos abren fuego contra la posición israelí y se inicia un tiroteo. El camarógrafo ve entonces a Mohamed y a su padre precariamente refugiados de las balas tras un cilindro de cemento y capta los segundos fatales que conmocionarían al planeta. "No sentía daño por mis heridas, porque era mayor el dolor de ver perder a mi hijo", recuerda hoy el padre, Yamal, en su casa del campo de refugiados de Bureij, en Gaza. La difusión de Enderlin El veterano corresponsal de France 2, el franco-israelí Charles Enderlin, que no se encuentra en el lugar de los hechos, recibe la cinta de su camarógrafo de confianza. En su pieza televisada asegura que los disparos letales provienen de la posición israelí, como le indica Abu Rahma, y entrega las imágenes a sus compañeros de profesión. Ahí acaba la cosa, hasta que el Ejército israelí, que tres días después del incidente se había atribuido la muerte del niño, concluye dos meses después, a partir de una reconstrucción del lugar de los hechos, que lo más probable es que las balas que acabaron con Mohamed vinieran del lado palestino. Dudas Otros, como Karsenty, cuestionan mucho más que la responsabilidad de la muerte: "Yo no sé dónde está ahora el niño, pero no murió" en Netzarim y las heridas del padre datan de 1994. "Enderlin es demasiado orgulloso para asumir que se dejó engañar y ha cometido un error que ha costado muchas vidas", apunta desde EEUU Landes, creador del término "Pallywood" para definir la presunta manipulación palestina de las imágenes para ganar la batalla de la opinión pública. "Si todo es una puesta en escena, ¿actúa todo el mundo? ¿Las ambulancias? ¿Las decenas de personas? ¿El médico del hospital que da el parte a la cámara?", se pregunta Enderlin con ironía. El periodista franco-israelí, con casi 40 años de experiencia en la zona, lamenta que "gente que nunca ha puesto un pie en Gaza" lance una "campaña de desinformación" para ajustar cuentas por sus críticas al papel israelí en las negociaciones de paz con los palestinos. Una polémica que, para el columnista del diario "Haaretz" Gideon Levy, desvía la atención sobre los 850 niños palestinos muertos desde entonces por fuego israelí. Ocho años después, la controversia sigue en textos, blogs e incluso en los tribunales. Al-Durra aún debe esperar para descansar en paz. |