jueves, 15 de enero de 2009

¡Força Hamas! ¡Força Hamas!


14-01-2009

Largo Zapatero estaba el primero (fiel a su herencia, y al menos en espíritu si no en carne), enarbolando la bandera de la “paz”, la “libertad” y la “solidaridad”, exigiendo el alto el fuego a Israel, seguido de un puñado de artistas, actores, escritores (todos de izquierdas, bien sûr), líderes del partido socialista y ¿qué más eran? Israel qué mala es por lanzar bombas en Gaza asesinando cruelmente a pobres palestinos que únicamente desean tener su tierra y vivir en paz (¡allí estaba yo cuando la guerra ardía y los cuerpos apestaban!). Y yo me pregunto —como suelo hacer pues soy de temperamento vivo y curioso —, ¿por qué Largo Zapatero y sus amigos no organizan una manifestación para exigir el alto el fuego a Hamas? ¿Por qué estos progres nunca condenan la violencia de Hamas o Hizbullah? ¿Es que aprueban los obuses que Hamas lleva al menos 5 años lanzando a diario sobre ciudades israelitas, etc. etc.? ¿Es que les parece justo que Hamas, ese grupo terrorista, mate para conseguir su objetivo? Y ¿cuál es exactamente su objetivo? ¿Conseguir que la Tierra Santa sea su patria? ¿Eliminar de la faz de la tierra al archienemigo Israel y al pueblo judío? ¿Por qué para los progres es aceptable y loable la violencia de un grupo terrorista que lucha por conseguir hacerse con un trozo de tierra (o dios sabe porqué exactamente) y no la de un país democrático que se defiende de unos actos terroristas violentos continuos? ¿Por qué para los progres es loable la violencia en nombre de la ideología internacional socialista (ahora pienso en Cuba y en Venezuela), pero no en nombre de la democracia? Yo no encuentro ninguna lógica racional ni bondadosa en esta manera de ver las cosas, más bien me topo con un motor perverso que los impulsa. Si no aprueban los misiles de Israel sobre Gaza, que no aprueben tampoco los misiles de Hamas sobre Israel —un misil es un misil y hace el mismo daño lo envíe quien lo envíe —. Leí recientemente un artículo muy iluminador e informativo escrito por Bernard-Henri Lévy sobre el tema.

Hasta que estos progres, que se declaran pacifistas, no condenen públicamente la violencia terrorista de Hamas, yo no creeré en su buena voluntad; y su pacifismo clamado a los cuatro vientos me parece cínico y mentiroso; más bien, se asemejan a los seguidores de un equipo de fútbol que se enfadan cuando gana el otro y pierde el suyo, y que condenan las patadas en la espinilla del otro equipo y aplauden las patadas de los suyos. Yo lo que veo aquí es necedad, falta de coherencia e hipocresía.